El proceso de onboarding en las empresas se refiere a la incorporación de nuevos trabajadores, pero va un paso más allá. A la hora de incorporar nuevos talentos, no todo vale, sino que es importante hacerlo debidamente para que el nuevo trabajador tenga las habilidades necesarias para desempeñar su trabajo y encaje en la empresa.
Proceso de onboarding: qué es
Antes de nada, debes saber que el proceso de onboarding comprende un conjunto de actividades y acciones orientadas a integrar a un nuevo empleado en una organización y prepararlo para desempeñar su trabajo de manera efectiva.
Comprende diversas tareas que van desde la orientación y formación, hasta la integración en equipos y la cultura de la empresa. Es una manera de proceder que sin duda mejora el proceso de adaptación a su nuevo trabajo.
Lo que se busca con esta práctica es acelerar la incorporación del capital humano a la empresa. El objetivo es que los nuevos trabajadores puedan adaptarse y pasar a estar dentro lo antes posible, con lo cual es todo beneficios para ambas partes.
Técnicas de onboarding
Para que el proceso de onboarding sea efectivo y funcione, se pueden aplicar distintas técnicas.
Orientación global: en primer lugar, lo que se hace es brindar al nuevo empleado una visión general de la empresa, su misión, valores y objetivos. El objetivo es que conozca los valores de la compañía y se sienta identificado con ellos, para que trabaje en base a dichos valores.
Formación: los valores son muy empleados, pero también lo es la formación. Brindar al nuevo empleado la información y habilidades necesarias para desempeñar su trabajo es fundamental, porque se sentirá más realizado desde el comienzo, más motivado y sentirá que encaja mejor. Además, el trabajador siempre agradece esta formación, porque sin duda es muy enriquecedora.
Integración con el equipo: la siguiente misión consiste en facilitar la relación del nuevo empleado con sus compañeros de trabajo y jefes. Es importante que se sienta integrado, como uno más del equipo, desde el comienzo. Esto hará que lo coja con más ganas y todo empiece con buen pie.
Evaluación continua: para asegurar que el proceso de onboarding sea exitoso, no podemos dejar este paso en el tintero. Consiste en hacer una evaluación continua de la incorporación del nuevo trabajador, que consiste en revisar y evaluar regularmente el progreso del nuevo empleado.
Fijar metas y objetivos: en un buen plan de onboarding no puede faltar el trabajar en base a metas concretas. Para ello, hay que establecer objetivos claros y alcanzables para el nuevo empleado. Al principio es habitual ir poco a poco, incrementando el nivel a medida que ya esté más familiarizado.
Seguimiento en todo momento: por último, hay que asegurarse de que el nuevo empleado tenga acceso a los recursos y apoyo necesarios para tener éxito en su trabajo. A veces nos olvidamos y creemos que ya tienen todo lo que necesitan, pero puede que se nos haya escapado algo por alto. No dudes en estar siempre disponible y hacer seguimiento.
¿Por qué es importante realizar un buen proceso de onboarding?
No todas las empresas realizan un buen proceso de onboarding. En muchos casos, es simplemente por desconocimiento. Sin embargo, sus beneficios son altamente palpables, de ahí que empiece a estar en boca de todos.
Por medio de un buen plan de onboarding se puede mejorar la retención de los empleados. Si se sigue un proceso efectivo de onboarding, la empresa se asegura de que los nuevos empleados se sientan bien recibidos y valorados, lo que puede aumentar su satisfacción y retención. No tendrán ganas de irse de la compañía.
También está demostrado que puede acelerar la productividad. Los nuevos empleados podrán conocer cuál es su rol en la empresa y también las expectativas de manera más efectiva, lo que les permite contribuir más rápidamente con lo que se les demanda. Puede ayudar a que se sientan más realizados.
Este mecanismo también fortalece la cultura de la empresa. Si se realiza un buen proceso de onboarding sin duda se conseguirá transmitir la cultura y los valores de la empresa de manera efectiva a los nuevos empleados. Por lo que la empresa seguirá creciendo sobre unos valores de raíz.
Uno de los motivos fundamentales para realizar siempre un buen proceso de onboarding, es que permite reducir costes. ¿Por qué? Porque si se lleva a cabo un onboarding inefectivo puede dar lugar a una mayor rotación de personal y costes adicionales asociados con la contratación y el entrenamiento de los reemplazos. Por lo que no merece la pena dejarlo en manos del azar.
Por último, contribuye a mejorar la satisfacción del cliente. Si los nuevos empleados están capacitados e integrados podrán ofrecer desde el primer día un mejor servicio al cliente y así mejorar la experiencia general.
Si necesitas hacer una nueva incorporación a la empresa, apuesta siempre por un buen proceso de onboarding para que funcione.